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La nueva aritmética del cliente: cómo gestionar carteras con estrategias mixtas de inversión

En los últimos años, el perfil del inversor ha cambiado profundamente. Ya no busca únicamente una rentabilidad atractiva; exige entender qué hay detrás de cada decisión, cómo se gestiona el riesgo y de qué forma su patrimonio puede adaptarse a un entorno económico que se mueve más rápido que nunca. La volatilidad, los cambios regulatorios y la aparición constante de nuevos vehículos de inversión han llevado a muchas familias y patrimonios a replantearse una pregunta sencilla pero crucial: ¿sigue mi cartera preparada para lo que viene?

La respuesta habitual suele ser un gesto de duda. Y es normal. El viejo debate entre gestión activa o pasiva, o la clásica división entre renta fija y renta variable, resulta insuficiente para quienes desean proteger y hacer crecer su capital con una visión más completa. Hoy el inversor necesita algo diferente: flexibilidad real, acceso a oportunidades diversas y una arquitectura de cartera que combine lo mejor de cada estilo, sin dogmas y sin atarse a modelos que funcionaban hace una década, pero ya no responden al mundo actual.

En Diman Capital lo vemos todos los días. Familias que quieren más control, más claridad y estrategias que se ajusten al detalle a su situación, no a una plantilla estándar. Por eso hablamos de una “nueva aritmética del cliente”: una forma distinta de entender la gestión patrimonial, más abierta, más transparente y más conectada con las necesidades reales de cada persona.

Asesoramiento en estrategias de inversión
En los últimos años, los inversores han evolucionado. Ya no basta con obtener rentabilidad: quieren comprender cada decisión, saber cómo se controla el riesgo y asegurarse de que su patrimonio pueda ajustarse a un entorno económico que cambia a gran velocidad.

El marco: hacia la combinación de estrategias

¿Qué significa exactamente una estrategia mixta de inversión? Va más allá de combinar dos estilos. El modelo tradicional de carteras “barbell” o en dos polos está dando paso a una arquitectura de tres pilares:

  • Gestión pasiva: óptima en activos donde el margen de batir al índice es estrecho y la eficiencia prima, como la renta variable estadounidense. Aquí la clave es reducir costes y aprovechar la liquidez y la capacidad de diversificar ampliamente.
  • Gestión activa: tiene sentido donde es posible capturar un valor adicional, como mercados de pequeñas compañías o emergentes, o a través de temáticas y selección especializada.
  • Mercados privados: desde capital riesgo hasta infraestructuras, están ganando sitio como complemento defensivo y fuente de retornos no correlacionados, especialmente en grandes patrimonios.

Esta mezcla es una respuesta estratégica a los riesgos globales, a la fragmentación de mercados y a la mayor sofisticación del inversor de hoy.

Consejo: no te sientas obligado a elegir “un bando”. La flexibilidad para combinar estilos y vehículos se traduce en un mayor control del riesgo y en acceso a oportunidades que, de otro modo, pasarían desapercibidas.

Estrategias y técnicas para una cartera verdaderamente mixta

1. Dónde tiene sentido la gestión pasiva

  • Opta por fondos indexados y ETFs en activos líquidos y altamente seguidos, como S&P 500 o Eurostoxx.
  • Perfecto donde el coste y la eficiencia son clave y hay menos margen de superación (por ejemplo, grandes blue chips globales).
  • Permite cubrir de forma diversificada y barata regiones o sectores donde el análisis individual no suele aportar suficiente valor añadido.

2. Cuándo (y cómo) seleccionar gestión activa

  • Utilízala en mercados menos seguidos, como pequeñas/micro empresas o economías emergentes, donde el análisis profundo puede desbloquear oportunidades.
  • Las temáticas (tecnología, sostenibilidad, salud, etc.) o estilos de valor/crecimiento ofrecen terreno fértil para gestores activos experimentados.
  • Recuerda: aquí el trabajo está en elegir bien al gestor, no solo la categoría.

Consejo: la clave no está en el “qué” sino en el “quién”: para la parte activa, estudia de verdad las trayectorias, procesos y disciplina de los equipos gestores antes de elegir.

3. El salto a los mercados privados

  • El peso de los privados sigue creciendo en grandes patrimonios; en algunas familias alcanza ya el 35% de la cartera.
  • Proporcionan exposición a negocios no cotizados, infraestructuras, deuda privada o capital riesgo, capaces de compensar volatilidad y generar retorno por otras vías.
  • Eso sí, requieren un horizonte temporal más amplio y una mayor tolerancia a la iliquidez.
Contrato de acuerdo de inversión
Combinar estrategias, analizar cada herramienta con detalle y revisar la cartera con regularidad nos permite adaptarla a cada cambio, siempre con una visión patrimonial completa y de largo plazo.

Riesgos y puntos clave a vigilar

Costes ocultos y superposición: la mezcla de fondos activos y pasivos puede generar redundancias o incrementar comisiones.

  • Sesgo de moda: el exceso en tendencias (temáticas, sectores) puede desequilibrar la cartera.
  • Iliquidez: un peso excesivo en privados reduce flexibilidad y puede complicar necesidades de liquidez.
  • Volatilidad y correlaciones cambiantes: lo que hoy descorrelaciona, mañana puede sincronizarse en crisis globales.

Consejo: revísalo todo al menos una vez al año: tu tolerancia al riesgo, el balance entre estilos y la exposición a cada bloque estratégico. Los mercados (y tu vida) cambian.

Fiscalidad y planificación: lo que no puede faltar

Tan importante como la diversificación es el diseño fiscal de la cartera. Eligiendo vehículos eficientes y reequilibrando con sentido se puede minimizar la factura y aprovechar ventajas como el diferimiento de impuestos o la optimización de plusvalías y dividendos.

Recuerda que la fiscalidad es dinámica y debe entenderse de la mano de la arquitectura de la cartera; además, cada bloque estratégico tiene consideraciones propias (por ejemplo, los mercados privados suelen requerir una planificación distinta debido a la fiscalidad de las plusvalías realizadas y la menor liquidez).

Si quieres profundizar más en el impacto fiscal de tus inversiones te recomendamos este articulo en el que desgranamos las claves prácticas de planificación fiscal para pagar menos impuestos de forma legal y transparente.

¿Cómo lo hacemos en Diman Capital?

En Diman Capital creemos que el diagnóstico patrimonial y el diálogo constante con cada cliente son la piedra angular. Nuestra metodología pone el foco en analizar no solo tus activos presentes, sino también tus necesidades a futuro y tu perfil de riesgo real (no el que “dices” tener, sino el que sale de analizar tu comportamiento y objetivos).

El acceso a estrategias mixtas, la evaluación rigurosa de cada herramienta y el seguimiento periódicamente estructurado nos permiten ajustar la receta conforme cambian las circunstancias, siempre con una visión integral patrimonial y con óptica de largo plazo.

¿Listo para revisar el enfoque de tu cartera? En Diman Capital, te ayudamos a actualizar tu estrategia con una visión global, eficiente y a medida.

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En Diman Capital, comprendemos que cada inversor tiene sus propias necesidades y expectativas. Por ello, nuestro principal objetivo es rentabilizar tu patrimonio, manteniendo el foco en la diversificación y gestión a largo plazo.

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