Tener patrimonio no significa tener que gastarlo cada vez que aparece una necesidad. Sin embargo, muchos ahorradores y familias con capital siguen pensando que la única opción es “tirar de lo que hay en la cuenta” o vender inversiones para generar liquidez. Y aquí es donde se produce uno de los grandes errores: al hacerlo, no solo se descapitalizan, sino que además generan un impacto fiscal innecesario.
En España, cada vez que vendes un activo con beneficios (ya sean acciones, fondos, inmuebles u otros instrumentos financieros) debes tributar por la plusvalía obtenida. Es decir, parte de lo que has ganado se va directamente en impuestos. Y lo mismo ocurre si dispones de ciertos productos de ahorro: lo que retiras se considera rendimiento y Hacienda participa en la operación.
Por eso, a la hora de buscar liquidez, hay una alternativa mucho más inteligente: usar tu dinero como garantía en lugar de gastarlo. La pignoración permite acceder a crédito en condiciones atractivas sin tener que vender ni un euro de tu patrimonio. Y lo más importante: ese crédito no tributa, porque no se considera un ingreso, sino un préstamo.
El resultado es claro: mantienes tu patrimonio invertido y generando rentabilidad, dispones de liquidez inmediata y no pasas por caja con Hacienda. En Diman Capital lo vemos cada día: cuando un cliente entiende esta lógica, cambia para siempre su forma de relacionarse con el dinero.

¿Qué significa pignorar? Te lo explicamos sin tecnicismos
Pignorar es, básicamente, decirle al banco:
«Mira, aquí tienes mi dinero invertido, guárdalo como garantía, y a cambio préstame lo que necesito».
Ese dinero sigue siendo tuyo, no lo pierdes ni lo vendes, simplemente lo usas como aval para obtener crédito.
De esta manera, tu patrimonio sigue trabajando (invirtiendo, generando rentabilidad) mientras tú consigues liquidez para un proyecto, un gasto personal o una oportunidad de negocio.
La gran diferencia respecto a vender o retirar es fiscal: vender genera impuestos, retirar corta la rentabilidad futura, pero pignorar te da liquidez sin tributar y sin descapitalizarte.
La clave: el crédito no paga impuestos
Aquí está el punto más interesante.
- Si vendes parte de tu patrimonio, seguramente tendrás que pagar impuestos por las plusvalías.
- Si sacas dinero de tus inversiones, dejas de generar rentabilidad.
- Pero si pignoras y usas crédito, no tributas. Porque el crédito no se considera ingreso.
Esto abre una puerta enorme para quienes saben aprovecharlo. Imagina tener una cartera sólida y necesitar liquidez para una compra importante. Si vendes, pagas impuestos y te descapitalizas. Si pignoras, tienes el dinero disponible, no tributas, y tu patrimonio sigue intacto.

Vivir de crédito no es endeudarse, es planificar
Cuando hablamos de crédito, muchos piensan en deudas, intereses y problemas. Pero aquí no se trata de eso. No hablamos de pedir dinero porque falta, sino de usar tu propio patrimonio como garantía para obtener crédito barato y flexible.
Al final, no es el banco corriendo un riesgo contigo: eres tú quien respalda la operación con tu dinero. Por eso las condiciones suelen ser mejores y la operación mucho más segura.
En Diman Capital lo vemos constantemente: familias, empresarios y deportistas que antes pensaban que “tener liquidez” significaba vender lo que habían construido, hoy entienden que pueden vivir de su dinero sin romperlo.
¿Cómo se usa en la práctica?
Depende de cada persona y su situación, pero hay fórmulas muy comunes:
- Pólizas de crédito para tener siempre un colchón de liquidez a mano.
- Préstamos respaldados por tu cartera con intereses mucho más bajos que los de un préstamo normal.
- Líneas de liquidez recurrente, que dan tranquilidad a familias que no quieren tocar su patrimonio cada vez que surge un gasto importante.
La clave está en diseñar la operación con calma y encontrar la entidad que ofrezca buenas condiciones. Y ahí es donde acompañamos a nuestros clientes: buscando la opción más eficiente, sin prisas y con la seguridad de que su patrimonio está bien cuidado.
Un ejemplo sencillo
Un cliente quiere comprar una segunda vivienda. Podría vender parte de sus fondos y disponer del dinero al instante, pero al hacerlo tendría que pagar impuestos y perdería la rentabilidad futura.
En lugar de eso, pignora esos fondos. El banco le concede un crédito a buen tipo de interés. Con eso compra la vivienda, y mientras tanto, su cartera sigue creciendo. Liquidez inmediata, impuestos cero, patrimonio intacto.
Este tipo de operaciones son las que hacen que muchos de nuestros clientes digan:
“Ahora entiendo que mi dinero no solo sirve para gastarlo, también para multiplicar opciones”.
Nuestra filosofía: preservar lo que tienes y potenciar lo que viene
En Diman Capital creemos que el dinero es más que cifras en una cuenta: es tranquilidad, es confianza, es futuro. Por eso insistimos en algo que parece obvio, pero no siempre lo es: tener patrimonio no significa gastarlo, significa gestionarlo con inteligencia.
La pignoración encaja a la perfección con esta visión. Preservas lo que ya has conseguido, mantienes tu patrimonio intacto y, al mismo tiempo, abres la puerta a nuevas oportunidades.

Lo humano, siempre primero
Detrás de cada operación no hay solo números. Hay historias: un empresario que quiere crecer sin perder lo construido, una familia que busca seguridad, un deportista que quiere planificar su retiro.
Por eso tratamos estos temas con cercanía y empatía. Porque al final, la diferencia no está en el producto financiero en sí, sino en la tranquilidad que le da a cada persona saber que está tomando decisiones inteligentes con su dinero.
Más allá del corto plazo
El gran error de muchos es pensar en el dinero solo como algo inmediato: lo tengo, lo gasto. Lo que proponemos es un cambio de visión. El patrimonio puede ser tu aliado a largo plazo si aprendes a usarlo como palanca y no como simple reserva. La preservación de la riqueza (y por lo tanto el bienestar de las futuras generaciones) pasa por utilizar de forma inteligente todas las herramientas que la banca privada y la planificación financiera ponen a nuestro alcance.
La pignoración no es un truco pasajero, es una estrategia que, bien utilizada, te acompaña toda la vida. Te da flexibilidad, evita impuestos innecesarios y mantiene tu esfuerzo protegido.
Vivir de tu patrimonio no significa acabar con él, sino usarlo con inteligencia. La pignoración te permite acceder a liquidez sin tributar, mantener tu dinero invertido y dormir tranquilo sabiendo que tu esfuerzo sigue intacto.
En Diman Capital acompañamos a quienes entienden que la gestión patrimonial no va de gastar más, sino de gastar mejor. De preservar lo que ya tienes y potenciar lo que está por venir.
